El peregrino Mozarabe necesitas buenas piernas :

Su largo itinerario cruza casi perpendicularmente las cadenas de montanas este-oeste de la península :

Empieza por el macizo mas alto de la península ibrérica : la subida por la Sierra Nevada, que aparece blanca como un miraje flotando a su lado.

Sigue andando al pie de la calcárea Subbética que parece vigilar el mar de olivos andaluz.

Pero es después de Córdoba que el peregrino tiene otro pequeño desafío : la todavía salvaje y misteriosa Sierra Morena y sus bosques de jaras, que sube y baja sin pueblo ni habitación, como si sus famosos bandoleros estuvieran siempre al acecho. Etapa dura.

Pasando en Extremadura, el Mozárabe parece un largo paseo por las dehesas en un océano de viejo granito, donde salen picos de cuarcitas mas duras, donde desde siempre los hombres se refugiaron, como aquí en Magacela.

Unos cientos de kilómetros después, el Sistema central marca una frontera provincial y climática en el Puerto de Bajar, con poco después el Pico de la dueña, modesta cumbre de la Vía de la Plata, donde nubes y tormentas a menudo esperan el peregrino.

Encontrando el río Esla, el peregrino deja la Vía de la Plata romana para seguir al oeste el Camino Sanbrès-Mozárabe.

Durante cuatro días, el Camino sube suavamente siguiendo el río Tera, y sus los rodillos de quartz, abandonados por los viejos glaciares : vienen de los Montes de León, que el peregrino Mozárabe tiene que subir, pasado Puebla de Sanabria, entre las sierras de la Culebra et de la Cabrera.

Por fin, el Camino Sanabrès-Mozárabe llega en Galicia, una  Galicia muy montanera, con bosques oscuros y crestas de brezales ventosos.

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